Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


jueves, 14 de julio de 2011

Tocada

Y ahí estás tú, las manos tapando tu cara, la música resonando en tus oídos. Ahí estás tú cantando la canción mientras brotan y caen lagrimas y más lagrimas. ¿Cuantas veces se puede leer algo? ¿Diez? ¿Quince? ¿Veinte? ¿Cuantas veces puedes recordar todo el mal que le hiciste a alguien? Seguramente podrás hacerlo a lo largo de toda tu existencia. Algo demoledor. Nunca somos capaces de ver la realidad hasta que se nos estampa en la cara, pero no es esa realidad que tú creías ver, de repente se ha convertido en algo turbio, en algo gris, en algo poco moldeable y difícil de salvar. Es doloroso. De hecho, quizá por eso no quise poner las cartas sobre la mesa. Y ahí estás tú, rota, las manos tapando tu cara y sintiendo esa agua que desborda tus ojos.
Y hundida. 

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My madness keeps me sane.