Abraham se escribe con m

Quién lo iba a decir... Otra vez enamorada hasta las trancas, hasta los huesos, invadiendo cada poro de mi piel. Podría hacer un millón de listas con todas las cosas que me encantaron de ti pero resulta que ahora hay millones más, y se alejan milenios de las anteriores. Son cosas que no se pueden escribir con palabras. Sensaciones en tu pecho que insultan la realidad hasta convertirla en una asquerosa luz diminuta que sólo molesta. Fascinante. Sabes que estás enamorado cuando la vida real supera tus sueños, me dijo alguien. Llevaba  razón. ¿Y porqué te sueño? Te sueño por esos momentos en los que tú me apartas el pelo de la cara, y después sonríes. Por cuando te enfadas, y por cuando tratas de buscar en tu mente algún lago con patos por el simple hecho de complacerme. Por todos esos diplomas que me enseñaste en los que únicamente eras un ancla, que iba al fondo; yo quiero que te ancles a mi. Te sueño por cortar el mundo con unas tijeras enormes y echarlo a la basura cuando estamos tú y yo, y cuando me ves. Se está bien una parada más arriba de la vida. Te sueño por tus llamadas a la una de la mañana y por mis susurros en tu cuello. Siempre he dicho que el amor es lo peor, aunque posiblemente también sea lo mejor. ¿Y sabes porqué más te sueño? Por hacer que escriba esto; ese instante que me das con las manos abiertas y todos los todo que provocas en mi... eso... eso es algo indescriptible, aunque yo lo esté intentando. Como ves, sin éxito alguno. ¿Y tú sabes porque yo sé que estoy enamorada de ti? Pese a los roces y a las chorradas que se dicen sin que lo pienses, yo lo sé por la sonrisa de imbécil que se me coloca en la cara al verte y por eso que corre por mis venas cuando me abrazas. Ya sabes de lo que hablo. Si bien no es así, lo sabrás cuando lo percibas en tu cuerpo ya que, sintiéndolo mucho, o sin hacerlo realmente, no poseo suficiente léxico para describir lo que una puta palabra tuya mueve en mi cabeza.