Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


martes, 28 de junio de 2011

Mi gran enemigo

No quisiera escribir esto ya que parece ser la culminación de todas mis sospechas. Jamás he intentado velar por mi misma, siempre ha sido un misterio esa forma tan peculiar de unir a la gente mezclando mi alma en ello, pegar los errores y convertirlos en cenizas que pueden avivar incluso la humedad ha sido eternamente mi gran baza, siempre lo fue. He estado aquí, y allí, y también en aquel instante que necesitaron de mi. Supongo que me he acostumbrado a ser así, necesaria y a la vez el estorbo. Es todo culpa tuya. Tuya y de esta canción tan triste que me acabas de enseñar. Quizá debí mirar a la vida frente a frente antes de lanzarme al vacío. El vacío parece seguro a la hora de saltar pero cuando llegas al suelo el dolor te devuelve a la realidad. Algo fascinante y a la vez aterrador. Cómo hemos crecido: cómo nos veíamos ahora y como somos cuando nos miramos al espejo, un mero engaño, algo falso. Y te dices ¡TONTA!¡TONTA! y ¡TONTA! y sólo quieres estrellar contra tus estúpidas ideas una ráfaga de aire fresco que alivie eso que te oprime y está amainando tus sueños. Algo muy duro, que duele, que comienza a estar envuelto en una decepción que sólo consigue presionarte más y más. Quizá sólo sea necesario acostumbrarse al dolor.

1 comentario:

  1. Estorbo dice... más quisieras tú estorbar... Pequeña, eres demasiado tú para ser un poquitin egoista y pensar en ti, porque en el fondo el egoismo es el secreto del éxito.

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My madness keeps me sane.