Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 1 de octubre de 2011

Craneocaudal

Es algo fascinante eso de que te toque a ti, tan lejos que se ve y tanta historia que viene y va. Es curioso e incluso algo infantil, eres capaz aunque no quieras de ponerte en su piel y sentir lo mismo. O eso quieres creer, quizá para dejar de sentirte culpable. Ahí estás tú, y se te agolpan todos los inútiles comentarios que se hacen un día y perduran una eternidad. Ahí estás tú muerta de miedo, intentando cerrar los ojos y que se vaya ese dolor de cabeza que recorre tu semblante. Hoy podría haber sido un día especial, pero no lo fue. Por suerte, la mañana de ayer ocurrió en un ayer y no traspasó al hoy, aunque sí que lo haga siempre en tus pensamientos. Supongo que hay cosas que la gente olvida, pero que sin embargo deberían ser importantes. No lo fueron, y eso te convierte en un ente que vaga lidiando con cuestiones inexorables que despegaron un día muy lejos. ¿A qué nos conduce el tiempo sin esa sensación? ¿Has vuelto a percibir eso que me escribiste un día? ¿Estás lejos, también en mi corazón?


Sólo la misera certeza de que nada sera igual

2 comentarios:

  1. Nunca se es capaz del todo de ponerse en los huesos del otro, ese es el foco del problema, a dos bandas para mas INRI.

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  2. Seas quién seas, nunca hay sólo un foco.

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My madness keeps me sane.