Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 8 de octubre de 2011

Ideales los dos

¿Podría yo afirmar? Nadie parece tan importante como para hacerse innegable. ¿Y tú qué coño quieres a estas alturas? Yo quiero eso, hacerme irrefutable, equivocarme constantemente a la par, sentir que quizá un día todas esas cosas que se pensaron sirvieron para algo, se trata de una adicción, algo que te haga siempre temblar, me gustaría tener el privilegio de poder ser una especie de cosa así, rara y de la que no te puedas despegar. Una cerveza, una buena canción, nombres, nombres, nombres, miradas, risas de complicidad, acercarte a su oreja y soltar cualquier chorrada con la que se ríen, todas ellas tan nuevas y tan distintas. ¿Y se podría decir que pudieras? Yo creo que tú tienes la libertad de hacerme sentir esa sensación tan cerquita de ti, aparecer y provocar que el mundo se me caiga a los pies, cantar y hacerme vibrar, ir por la calle saltando las baldosas. Extraña. Así dicen que soy.
Los sueños, sueños son... dijo un hombre brillante,
pero discúlpeme yo lo sabía de antes.

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My madness keeps me sane.