Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 29 de octubre de 2011

¿Quieres escucharme?

Le robé al tiempo más de mil latidos .
Quizá te interese saber que a veces las cosas se caen. Quizás no. Y se destrozan de una manera muy peculiar, de golpe y sin previo aviso. Aquí ciertas actitudes te entrañan a una infancia que no fue tan buena como todo el mundo asegura. No obstante, en el ambiente florecen las ideas que construyeron contigo los pasos de ese camino que andaste desde que naciste. Y hay sonrisas de par en par. Supiros y alivio en un metro cuadrado. Y te alegras, debido a que la otra única opción es la desesperación. Pocas personas saben de ese algo que te atormenta y que no se irá. Quizá sepamos que el silencio es un buen aliado, aunque te asfixie por dentro. También que las manías de tu boca me gustaron esa noche. Fuiste dulce, como el chocolate y la cerveza. Creo que la aborrecí en aquel momento, aún sabiendo que lo esperé largo y tendido. Nadie lo entiende y nadie lo hará por mucho que lo comente y me invente interpretaciones. Sólo quería decirte que no sé que hacer con mi vida, ya que llegaste tú y lo cambiaste todo de sitio. Y el problema no son los sentimientos, el problema está en que eres especial.

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My madness keeps me sane.