Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


jueves, 12 de abril de 2012

Sí, te hablo a ti. Tú sabes quien eres.

De mejores recuerdos me han borrado. 
Y las notas se golpean unas contra otras y tú sólo puedes sucumbir a ese delicioso y estremecedor tormento particular y a ese reclamo de magia que se desviste delante tuya. Y tú, gozosa, les pides que continúen, 'sí, por favor, no dejéis de sonar', ardua y ávidamente se entremezclan con tus patéticas ideas, con las enormes palabras que te asfixiaban, con las paredes a las que te atan, con los colores que describen su sonido, con la mirada de encanto cuando observas como gimen, altas y lúcidas en tus oídos. Dadme, mis niñas, un candente susurro justo en mi boca que me haga gritar y arruine la realidad que tengo delante. Convincente, alagador, desafiante, caliente. Una más, sólo tócame una más.

Si amas a alguien, déjalo ser infiel.

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My madness keeps me sane.