Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 7 de julio de 2010

*Filosofía de cada día

Y a veces, existen ciertas cosas en las que es mejor no pensar. Olvidar o dejar la mente en blanco, pasar a otro tema y abandonar nuestra pasión por saber, sólo porque suele dañarnos. Consigue hacerlo fácilmente. Y el daño no es meramente negativo, pero acaba resquebrajandonos por dentro, quitandonos pensamientos de la cabeza y haciendo aparecer una presión en nuestro pecho. Y la mayoría de las veces, esas ciertas cosas tienden a crecer hasta que logramos dominarlas. ¿Te preguntas de qué hablo? Hablo de los momentos en los que pensamos en la muerte, en la propia o en la de los demás. Cuando piensas cómo morirá tu padre, o tu madre, o tu mejor amigo, o incluso aquella persona que ingreso en el hospital hace varios días. Y sólo con ese reflejo de finitud de vida tu corazón se tambalea. Es demasiado duro. Quizá sólo sea porque somos humanos. Frágiles. Buscamos el porqué de nuestra vida antes de morir, por eso cuando nos planteamos este tipo de conceptos los tachamos inmediatamente de nuestra lista de preocupaciones. Bueno, al menos yo lo hago.
La muerte vendrá, pero mientras debemos aprender un poquito de cada día, para llenar nuestra cabeza y nuestro corazón de recuerdos y malos habitos que corregir. Porque la vida es efímera sí, pero más efímero es ese momento que perdemos desperdiciando el tiempo.
''No hacer algo por miedo al fracaso es como suicidarse por miedo al morir''

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My madness keeps me sane.