Cuéntame que no hay nada más

¿Y sabes qué es lo mejor? Lo mejor es esa sensación momentánea de que te importo una mierda. Fabuloso, sin duda alguna. Y dura unos cuantos segundos pero corrige mi carácter y mis ideas mucho más de lo que te imaginas. Y entonces intento hacerme la dura pero obviamente y por norma fracaso de una manera brusca y estrepitosa. Es una verdadera porquería; la dependencia, la necesidad, la vulgar expresión del deseo, la ansiedad. Meros desechos, una puta estafa, una basura, algo que asumes pero que te jode profundamente ya que por mucho que des un día y otro siempre existirán momentos como este en el que se tambaleen todas tus ganas de levantarte por la mañana. Como se sabe, el ser humano es incierto e imprevisible, que fastidio que venga a improvisar justo ahora que tenía tantas ganas de verte.