Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


martes, 31 de mayo de 2011

Excelentísimo señor Sarcasmo

Y lo que te corroe la sangre es esa sensación de haber vivido eso antes, pero con cualquier otra excusa. Algo horroroso, que te bloquea el alma y después las palabras que no quieren salir de tus labios. Es una mala experiencia, ya que te recuerda a muchísimas cosas peores que sucedieron después, aunque ésta vez tú lo quieres hacer bien y tomas aire, pero resulta que no hay nada que calme ese quemazón por dentro y entonces te vas. E intentas calmarte pero también resulta que no quieres hacerlo. Y vuelven a tu mente momentos de pánico e ira que inundan tu cabeza y sólo quieres gritar lo imbécil que te sientes por estar ahí delante sin poder articular palabra, y de repente... y únicamente sólo en ese jodido momento el aire captura algunas palabras, destrozos que no debieron estar presentes en la melodía que adorna ese vil y cauto sentimiento de angustia y recuerdo que te aprisiona por dentro sin saber exactamente cual es el problema. Algo hiriente, perfecto para terminar un buen día.
''¿Podrías no contestarme con gilipolleces?'' -dijo el sabio-

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My madness keeps me sane.