Y entonces una bocanada de realidad te derriba, y te sientes mal porque sin saberlo, llevas toda la vida equivocada.
Resultó que en un instante se concentró toda la fuerza del universo en un beso y en una palabra y derribo mi manera de creer, de pensar y de juzgar. Algo que nunca me había ocurrido con tanta intensidad. Algo que me hizo trizas por dentro aunque yo intuía desde hacía mucho tiempo, cosas de esas que sabes pero que tampoco quieres aceptar porque son demasiado difíciles. Como un gran problema de matemáticas frente a un niño de cuatro años. Sucesos que te modifican y cambian tu manera de pensar. Momentos en los que asumes todos tus errores y sientes lástima, lástima que te provoca una insufrible culpa. Instantes que fragmentan la realidad y congelan la sangre de tus venas. Cosas que hace tiempo a mi nunca me pasaban.
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