Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 27 de octubre de 2010

Que lea quien entienda

No. No estoy de acuerdo. Te lo prometo. No es por llevar la contra.
Estar por siempre no siempre significa estar bien.
Quizá sea de estas personas que no tienen la concepción del cuento de hadas por la eternidad. El amor confluente está evocado al desastre, me dijiste. Pues yo respeto la idea del mundo pero defiendo la mía. Para mí, mejor o peor, el amor es finito. Sin robarle la sutileza de presentarse en nuestras vidas y ser único, y maravilloso y mágico donde quepa y vaya y venga. Y es de estas cosas que cuando se acaban, te dejan preso de lamentos, dolorido y roto por dentro. Pero es normal. Entendible. Perfectamente superable.
Así pues, yo creo que el amor confluente no está evocado al desastre.
Mis cuentos de hadas tienen final. Pero no es el final que se predice desde el comienzo. Es un final mutuo, o incluso decisión de una sola persona que decide cargarse lo vivido. Yo seguiré aquí. Hasta que él decida irse. No somos presos del destino. Podemos escapar de él como y cuando queramos. Con un gesto, una lagrima o un porqué. Vale. De acuerdo. Aún así también lo comprendo. A veces tenemos conceptos erróneos. Mi idea de este sentimiento es contructivista. Sí. Ese término que nos inventamos y que quizá algún día exista de verdad en el ámbito del que hablamos. Todo pasa por algo. Y cuando viene de fuera, y se escapa a nuestras manos, únicamente debemos aceptarlo y vivir con ese algo que nos asfixia.
El final no es un criterio en la relación. Cuando dos personas se aman, el final no se contempla como una posibilidad futura o cercana. Porque cuando dos personas se aman, el mundo pierde el sentido y apenas se vislumbra la realidad.

El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan...
demasiado rápido para aquellos que temen....
demasiado largo para aquellos que sufren....
demasiado corto para aquellos que celebran...
pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno.

2 comentarios:

  1. El final en una relación es lo que menos importa, lo que importan son los detalles, los sentimientos, los momentos... esas cosas que quedan para siempre, que marcan tu personalidad, que te enseñan, que te hacen reflexionar... son ésas las cosas que son eternas. Porque aunque el amor se acabe, y la persona se vaya... una huella de ella se queda para siempre dentro de ti

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  2. Él no va a decidir irse NUNCA, y como vas a pensar eso de "nunca digas nunca" ps vaale, hay un 99.99% de posibilidades de k nunca se vaya. Contenta?
    XP te amo preciosa

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My madness keeps me sane.