Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 14 de agosto de 2010

Un saber recordar


Es el último recuerdo que tengo de tí. Y de aquellas ruedas en el patio, rodeadas de tubos de colores en los que derrochabamos el tiempo de recreo. Me acuerdo de todas las fiestas de fin de curso, de los trajes de elefante y aquel disfraz tan raro de china, con el gorro de cartón en pico, y del gran baile con todas aquellas cintas que se entrelazaban unas con otras, de cuando eramos pequeñas, añorando ser mayores para poder saltar aquellos arboles del parque, recuerdo entrar al colegio y esperarte. Y despedir a mi madre y sentarnos juntas. Y hablar con todos ellos. Y ser el centro de mi mundo y pelear por un caramelo. Y a veces anhelo esos tiempos pero miro a mi alrededor y me doy cuenta de que tengo mucho más. Tengo a gente como tú ¿Sabes? Algunas personas me recuerdan a tí, quizá sea porque era pequeña y percibía las cosas de otro modo, pero son vidas, vidas unidas que concuerdan como un todo. Personas que me dan lo que soy, que me otorgan sonrisas, momentos e infinidad de millones de cosas más. Y me recuerdan a tí porque fuíste la primera. La primera en preguntarme como me llamaba y darme la mano al caminar. 9 años. 9 años juntas que siempre estarán ahí. Siempre quedarán como aquella infancia que me enseño a plantar flores en el patio de atrás. Y aquella camiseta con el emblema y nuestro orgullo por ser voluntarias en esas tareas. Y es aquel último recuerdo que tengo de tí. ¿Y quieres que te diga algo? Siempre que voy y te veo deseo saludarte y preguntarte que tal te va la vida. Pero pese a eso nunca lo hago. Tomamos caminos distintos. Caminos que nos llevarán a lugares distintos pero que estoy segura de que serán los acertados. Y nos separamos. Y como apenas teníamos consciencia de ello se quedará así por siempre. A no ser que el futuro quiera cruzar de nuevo nuestros caminos.
A tí. Laura.
Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza

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My madness keeps me sane.