Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


lunes, 17 de mayo de 2010

El mundo de los sueños

Me encontraba en un gran cubo, todo se veía en tres dimensiones pero yo sabía que no era real. Teníamos miedo, miedo a salir. Había una puerta, pero nadie quería cruzarla, puesto que llevaba a una casa encantada, oscura y lúgubre. Se encontraban varias personas a mi alrededor, pero sólo me acompaño una, o quizás fueron dos. Nos miramos y cruzamos esa puerta, lo previsto se cumplió y nos vimos envueltos en paredes agrietadas y colores oscuros, tétricos... al fondo observamos unas escaleras, se veían inestables y de nuevo sentimos temor. No podíamos dar marcha atrás así que comenzamos a subir las escaleras, primero una, luego otra, hasta que un mal reflejo hizo que un peldaño se partiera en dos y de ahí brotara un agujero negro, que nos absorvió, aunque intentamos escapar no lo conseguimos y de repente ese lugar se esfumó. Desapareció. Cambio de situación y tiempo. Nos vimos en un prado, o quizás era un campo... un rio se oía de fondo, despacio... calmado... las rocas se esparcian por toda la inmensidad, creo recordar que comenzamos a correr, hasta que de nuevo el paisaje verde se evadió para encontrarnos en el cubo otra vez. Hubo un descenso de personas, sólo quedaba una, que se encontraba en un rincón llorando, la que me acompañaba me dió la mano y me miro traspasandome, antes de negar con la cabeza... me acerqué a la esquina, fui a acariciar el rostro del individuo cuando... lo traspasé, mi mano traspaso esa ilusión, parecía un fantasma, un ser imaginario, algo no real... me dí la vuelta buscando a mi amigo, instantes antes detrás, a mi lado, cuando me percaté de que tampoco estaba, giré en circulos hasta darme cuenta de qué estaba sola, me dirigí a la puerta, la abrí y me lancé sobre la inmensa oscuridad justo antes de despertarme.

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My madness keeps me sane.