Tambien, me gustaría

Me gustaría ver el reflejo de tus ojos en un lago, para que el color brillara por toda la inmensidad, extendiendose hasta perderse, como algo más que adorna el paisaje y lo hace precioso, fabuloso... sencillamente perfecto.
Me gustaría fotografiar tu boca, hacer miles de copias, subirme a lo más alto de un acantilado y soltarlas todas, todas, todas, todas menos una, la original para mí, y la guardaría debajo de mi almohada, y cada noche, antes de cerrar los ojos, estaría segura de que tu boca es solo mía. Y de nadie más.
Me gustaría que lloviera, no ahora, cuando tuviera ganas de bailar y empaparme, y de salir a correr y perderme, que lloviera muy fuerte para sentir mi pelo mojado resbalando sobre mi cara, para sentir el agua en los poros de mi piel y sonreir.
Me gustaría tener un color verde, y otro azul, dos colores que no se acabaran nunca, y salir a la calle y comenzar a pintar las paredes sin obstaculos, pintar rallajos, y circulos, y cosas sin forma, y palabras, y lunares, rayas, cuadrados... y miradas ¿Como se pinta una mirada? Con la palabra belleza.
Me gustaría intentar volar, intentar saltar y olvidarme del mundo, intentar agitar los brazos y mantenerme en el aire, sola, única, perfecta, libre en el aire y en el mundo que recorre mi mente a cada instante.
Y por último, me gustaría tener una varita mágica, yo no quiero montones de cosas inservibles que se almacenan en habitaciones, quiero deseos de pureza, de belleza, quiero poder poner una sonrisa en cada cara cuando se necesite, quiero hacer que una mirada se convierta en lo más bonito de un momento, quiero poner purpurina en una escena de viento, para que la arrastre y brille aun más, quiero agitar la varita y que me siga un atisbo de locura.