Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


viernes, 25 de junio de 2010

Cajoncitos*

¡Felicidades!
A tí, si si. ¿Porqué? Umm... bueno... ¡Que más da!... quiero felicitarte. Quiero agradecerte, decirte, contarte, cuidarte... ¡Felicidades! ¡Sí! No me mires así ¿Te parecen raras estas líneas? Sólo expresan mi entusiasmo. Quiero rasgar un poquito de tu amistad y guardarla para mí, en un cajón, pequeño, tengo muchos, los guardo en mi corazón, pero en realidad la mayoría están vacíos ¡Quiero llenarlos!
A ver, te explico, te felicito por vivir. Algunas personas suelen tener miedo a vivir. A veces hace daño, es cruel y tenemos que ser fuertes para levantarnos, pero finalmente vale la pena. Sólo por esas pequeñas cosas.
¡Felicidades! Sí, creo que ya me repito. Bueno... ¿De que hablabamos? ¡Ah sí! Puesto que tengo muchos cajoncitos, quiero guardar en cada uno un regalo... un regalo tuyo. En uno me gustaría que perdurara una sonrisa, en otro una mirada, una de esas que traspasan el corazón y te congelan en el tiempo, tambien el sonido de una risa, el color de cielo, al atardecer y al alba, y por último el olor de la brisa del mar. Tambien me gustaría guardar tu sombra, la más alargada que tengas, sí, y tambien la textura de tu piel y el miedo a la oscuridad. Bueno, con esas cosas creo que llenaría todos mis cajoncitos pero... ¿Puedo preguntarte algo? ¿Dónde guardarías tú tantos cajones?

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My madness keeps me sane.